~ música ~

Cap 9: La nueva integrante

A la mañana siguiente desperté apenas sonó mi reloj, en un segundo estaba fuera de la cama llena de alegría y entusiasmo por el día que me esperaba. Fui la primera en estar vestida y hasta preparé el desayuno para todos. Recuerdo que dentro de mi, podía sentir un calor especial, algo ocasionaba mi buen ánimo y yo sabía con certeza de lo que se trataba.

Como prácticamente me tragué el desayuno, tuve mucho tiempo desocupado antes de que Lucas pasara por mí así que me quedé molestando a mi hermanita en el comedor. De pronto sonó mi celular, tenía un mensaje de texto:

Por favor discúlpame, no puedo pasar por ti.

- ¡Diablos!

- Ese vocabulario Trinidad…

- Disculpa mamá.

Subí casi volando la escalera, mis pies casi no tocaban los peldaños, y me encerré en el baño. ¡No podía ser! Miré una vez más mi celular, nada había cambiado a pesar de que tenía la esperanza de haber visto mal. Lucas no pasaría por mí, eso sólo podía significar que estaba arrepentido de haberme contado su secreto, se sentiría culpable, no quería verme nunca más. Era impresionante como en unos pocos segundos mi humor había cambiado radicalmente.

Mi cabeza daba vueltas y tuve que sentarme para no caer de bruces al suelo.

- ¿Por qué te pasan estas cosas? ¿es que acaso no puedo tener un día normal?

- Obviamente no.

- Pero…

- Pero nada, tu sabes, yo sé, que tienes un imán para los problemas, era demasiado genial que Lucas se fijara en mí, era demasiado que me contara algo tan importante.

Cuando se me pasó el mareo y pude ponerme de pie, deje la conversación que tenía conmigo misma y me acerqué al lavamanos, miré hacia el frente. La imagen que me devolvía es espejo no era alentadora, mis ojos reflejaban tristeza, mi cuerpo reflejada tristeza, yo, toda yo, estaba triste.

- Vamos Trini, no te vas a dejar decaer, no por esto.

Me lavé la cara, respiré profundo y salí del baño rumbo a mi pieza, tomé mi bolso y me dirigí a la universidad.

Me constó una enormidad tomar autobús, como esperaba que Lucas pasara por mí no tenía que salir tan temprano, pero en vista del nuevo panorama, ya estaba atrasada. Llegué a la facultad con 40 minutos de retraso así que ni siquiera pretendí entrar a la sala, me fui directo a la biblioteca para pasar el rato.

Divagué por los pasillos rodeada de miles de libros, me fui a la parte en que estaban las novelas y tomé una, luego, caminé hacia el fondo de la biblioteca y me senté en un rincón mirando hacia la ventana. No quería saber de nadie, sólo quería sumirme en una estúpida novela y olvidarme de lo que había pasado esa semana.

Suspiré largamente y miré el libro que estaba en mis manos, era “El Principito”. Desde que tenía recuerdos, había adorado ese libro, definitivamente era mi favorito. Recuerdo que me gustaba porque era de fácil lectura cuando era pequeña pero una vez que fui creciendo y entendiendo las cosas más complejas de la vida, el libro iba tomando nuevos sentidos y cada párrafo tenía un nuevo significado que me encantaba averiguar.

Leí y leí, sin parar, hasta el capítulo X donde dice:

"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos."

No pude continuar leyendo, me dolía tanto que Lucas me dejara sin ninguna explicación. ¿Qué podía haber ocurrido para que desapareciera así? Su mensaje no me daba ninguna luz, sólo decía que no iría por mi, nada más, ninguna pista, no había nada.

Mientras esperaba a que llegara la hora para poder entrar a clases, miré por la ventana. Justo frente a mi había un álamo, de vez en cuando caía una hoja y fue insoportable la visión, ¿por qué todo tenía que recordarme a Lucas? No podía sacar de mi mente como flotaban las hojas y las flores a mi alrededor… Por fin llegó la hora que esperaba, podía salir de la biblioteca.

- Maldito árbol.

Cuando llegué a la sala me encontré con Ale y Benjamín.

- ¿Qué te pasó? No te vi en clases – me dijo Ale.

- ¡Hola chicos! Es que me quedé dormida – no tenía caso que se dieran cuenta de mi estado de humor así que preferí mentir.

- Gilleman tampoco llegó, ¿andaban juntos? – la pregunta de Benjamín logró posar una nube negra sobre mi cabeza.

- ¡No! Desde ayer que no lo veo.

- No le den vuelta al asunto, son sólo coincidencias – Ale era mi salvadora, me salvaba una y otra vez.

- Bueno, será mejor que entremos a la sala, no pretendo perderme otra clase.

El resto del día no fue más que pensamientos oscuros y monosílabos como interacción con cualquiera que me dijera algo. El día corría lento, muy lento. Yo seguía con la esperanza de que iban a aparecer unos ojos pardos en cualquier momento, esperaba que Lucas llegara a disculparse y me explicara la razón por la que no había llegado a mi casa… pero no sucedió. A la hora del almuerzo lo busqué con la mirada pero no estaba en ningún lado, no podía encontrar sus ojos y sin embargo, no podía sacarlos de mi mente.

Pasó toda la tarde y Lucas no apareció, faltaban apenas 10 minutos para que terminara la última clase del día y ya me había hecho la idea de que ese día no lo vería, era absurdo que siguiera con la esperanza de que llegara. Cuando el profesor dio por terminada su clase, ordené mis cosas lentamente mientras Ale me apuraba, no quería llegar a mi casa porque estaba segura de que en mi pieza me deprimiría aún más, estaba cansada de esa sensación, no quería sentirme así, ya no quería más. Cuando por fin tuve todo dentro de mi bolso, salimos de la sala. Como estábamos en una sala del segundo piso tuvimos que dirigirnos a la escalera… de pronto todo cambió.

Eso era insólito, no podía estar ocurriendo. Me restregué los ojos, seguramente me estaban engañando y me mostraban algo que anhelaba pero que ciertamente era falso. Abrí los ojos y mi visión seguía ahí: Lucas estaba al pie de la escalera.

Bajé lentamente sin oír nada de lo que Ale me decía, en mi mente sólo había espacio para tramar mi venganza, era mi oportunidad de averiguar hasta que extremo Lucas podía leer mi mente así que pensé en cada mala palabra que había escuchado en mi vida, cada insulto imaginable, cualquier palabra hiriente me servía… todas estaban dedicadas para él. Cuando llegué al último escalón, me puse frente a Lucas.

- Señorita Trinidad, su mente está muy sucia, ¿qué diría su madre si supiera la cantidad de insultos que es capaz de dirigirle a un humilde chico que se postra a sus pies?

- Sólo te quería poner a prueba, además te portaste horrible hoy.

- Hey, ¡esperen! Parece que me perdí de algo – se me había olvidado que Ale estaba a mi lado.

- No es nada importante, sólo que este desgraciado me dijo que pasaría por mí en la mañana, pero no apareció.

- Uy, Lucas, de verdad que no quisiera estar en tu lugar. Bueno, antes de que empiece la pelea, creo que me voy. Adiós chicos.

- Hasta mañana Ale – le dediqué la más venenosa de mis miradas a Lucas en cuanto Ale se alejó. ¿Qué acaso creía que podía jugar conmigo de esta forma? Pero estaba equivocado, no le iba a poner las cosas fáciles.

Lucas se me quedó mirando de una forma tan dulce, era como si nos hubiésemos quedado congelados en el día anterior, parecía como si no me hubiese dejado esperando, era como si desconociese los insultos que segundos antes le había dedicado.

- Una vez más te pido que me disculpes.

- Y crees que es así de sencillo, decir disculpa y nada más.

- En lo absoluto. Me he dado cuenta de tu humor “especial”, así que te traje algo.

- ¡Qué feo Lucas! Ahora pretendes comprarme, no esperaba eso de ti.

- Por favor, deja de pelear conmigo – me tomó del brazo y me condujo hacia un pequeño parque cerca de la facultad, como ya había oscurecido tenía que hacer un esfuerzo para no tropezar con las piedras o raíces que me encontraba en el camino. Finalmente llegamos a un asiento que estaba entre dos grandes robles, era el mismo asiento que ocupé mi primer día en la universidad cuando había descubierto a Lucas espiándome.

- ¿Me vas a decir ahora que es lo que tramas?

- Si vas a estar a la defensiva será mejor que hablemos mañana.

- Esta bien, me voy a comportar como toda una señorita.

- En ese caso, te voy a contar lo que sucedió en la mañana – me miró con sus profundo ojos pardos y aunque estábamos casi en plena oscuridad pude ver su brillo interior, no me demoré nada en olvidar el enojo y la tristeza, de pronto todo eso se había esfumado y estábamos sólo nosotros dos – Ayer, después de que te dejé en tu casa, estuve pensando mucho en lo que ocurrió. Cuando llegué a mi casa pensé y pensé… y seguí pensando. Llegué a la conclusión de que debía viajar urgentemente a Odunia.

- ¿Qué hiciste qué?

- Eso, viajé a Odunia. Necesitaba hablar con mis padres. Pero no te preocupes – debe haber notado el tono verde que tomaba mi piel cuando sentía nauseas y estaba nerviosa – no pasa nada malo sino todo lo contrario.

- ¡Me asustaste!

- Si, muchas chicas me dicen lo mismo.

- Qué gracioso jaja. – me encantaba cuando Lucas trataba de relajar los ánimos y hacía que me sintiera un poco más normal.

- Bueno, hablé con mis padres y también con Marco, mi hermano. Les conté sobre ti. – Una vez más sentí como si el corazón se escapara de mi pecho y fuera directamente hacia mis rodillas, sentía que todo me temblaba y volvía a hacerme presa de mis nervios – Tranquila Trinidad, de verdad no pasa nada malo.

- Es que me pone un poco nerviosa el tema.

- Insisto, no pasa nada, sólo escucha.

- Esta bien.

- Como te decía, hablé con casi toda mi familia, no pude contarle a mi hermana porque estaba en el internado. Les hablé de ti, les dije que te conté mi secreto. Al principio las cosas se pusieron un poco turbias, sobre todo por mi hermano, él cree que es un poco peligroso que un humano normal sepa de Odunia pero creo que logré hacerlo cambiar de opinión.

- Ay Lucas, no te quiero causar problemas.

- Nada de problemas, en serio, deja de pensar en tragedias. Pensaba partir anoche pero pensé que no sería lo más apropiado llegar a mi casa a oscuras, como te dije, todo el asunto de Graymorcke es un poco serio y tratamos de no andar solos de noche así que decidí esperar a que amaneciera. Luego me acordé de ti y de que te pasaría a buscar así que esperé a que fuera una hora más o menos prudente para avisarte, no quería despertarte. – a medida que escuchaba la voz de Lucas, sentía que mi corazón poco a poco, volvía a su sitio.

- Así que te envié el mensaje, después de eso me fui. Hablamos toda la mañana y gran parte de la tarde pero entendieron mi punto de vista.

- ¿Y cuál es tu punto de vista?

- Es… - a pesar de la oscuridad pude sentir que se sonrojaba – que eres una chica muy agradable y que por fin, después de muchos años creo que encontré una amiga humana, sin ofender por lo de humana.

- No te preocupes alienígena.

- Jaja, mira Trini, lo que pasa es que la gente como yo no está acostumbrada a crear lazos con gente como tu. Es muy difícil encontrar un oduniano que se relacione con algún humano.

- Entiendo, eres como el bicho raro y yo vendría siendo como tu mascota.

- Mmm, algo así. Y, como te sientes muy identificada con las mascotas, te tengo un regalo.

- ¿Un regalo para mí?

- Exacto, acompáñame a mi auto, ahí te espera.

Una vez más mi corazón viajaba a través de mi cuerpo, claro que esa vez se situó en el centro de mi estomago y latía muy rápidamente. Lucas me hizo seguirlo por la oscuridad hasta que llegamos a un estacionamiento, una vez más estábamos en la facultad.

- Sube al asiento de adelante, ahí te espera tu regalo - ¿cómo podía esperarme un regalo? En ocasiones Lucas ocupaba palabras un tanto extrañas pero, en cuanto abrí la puerta entendí a qué se refería.

- Sube y cierra la puerta antes de que le de frío y se enoje.

- ¿Cómo esta cosa tan hermosa se va a enojar?

- Eso lo dices porque aún no la conoces.

Entré en el auto y tomé en mis brazos a mi pequeño regalo, era la gata más hermosa del mundo, tenía los ojos de color miel y su pelaje era una mezcla de rubio, rojo y café, tenía figuras como las de un tigre en su lomo y me miraba con unos ojitos expectantes.

- Es una skillü hembra.

- ¿Eso es una forma rebuscada de decir “gato”?

- Jaja, no. Su raza es skillü, es un animal oduniano, aunque de verdad parece un gato.

- Es preciosa. Muchas gracias Lucas, en serio te lo agradezco mucho.

- Es lo menos que podía hacer después de no cumplir mi palabra.

- No te preocupes, ya lo olvidé.

Me quedé mirando a mi mascota nueva, era realmente hipnotizante, al igual que Lucas tenía unos ojos profundos que me llegaban al corazón. En cuanto empecé a acariciarla se puso a ronronear al igual que un gato común.

- Trini, debo advertirte algo. Los skillü cambian de forma

- ¿A qué te refieres?

- Es un poco difícil de explicar.

- Trata de hacerlo pronto que me pones nerviosa.

- Mira, los skillü son unos animales increíbles, llegan a tener una conexión impresionante con sus dueños y darían todo por defenderlos. En ciertas situaciones se transforman, son algo así como un león.

- ¿Un león? Cómo es que esta cosita pequeña llega al tamaño de un león.

- Cuantas veces te lo voy a decir Trini, tiene que creer en la magia.

- Si, la magia…

- Pero no te preocupes porque cambian solo en ciertas circunstancias, no creo que llegues a verla en su forma grande.

- ¿y que tendría que pasar para que ocurriera eso?

- Bueno, hay ciertos odunianos que afirman que hablan con sus skillü, tiene una conexión envidiable… pero cuando sus amos se ven amenazados o están en peligro, son capaces de transformarse y defenderlos incluso hasta morir.

- Es increíble – miré a mi pequeña skillü y le pregunté - ¿tu pequeña, harías eso por mi?

Fue más como una pregunta retórica porque no esperaba que me respondiera así que me sorprendió demasiado cuando me miró a los ojos y luego afirmó con su cabeza.

- Waw, esto es sorprendente, ¡es increíble!

- Te lo dije.

Lucas me había hecho el regalo más genial del mundo, tenía una mascota mágica. No llegaba a dimensionar el lugar que tomaría en mi vida pero desde el primer momento que vi sus ojos color miel, me enamoré de mi skillü.

- ¿Cómo la llamarás? – pensé por unos segundos hasta que el nombre vino a mi mente como por arte de magia, mi skillü volvió a asentir y supe que ése era su nombre.

- Se llamará Pinta.




5 Comments:

  1. Maysu said...
    Te pillé!! jejej habías subido capitulo y no me avisaste!! jeje, si ya sé, me habías comentado que quizás subías hoy o mañana.... jajaja


    Como todos los capitulos, me encantó!! que manera de enojarse pq no la fue a buscar!! jejjee, y no es chiste (ahora puedo usar tranquilalmente los modismos chilenos jeje)

    Que linda mascota!! aunqueno soy muy asidua a los felinos, que uno de ellos se transforme para defenderte lo encuentro espectacular!!.

    Ya espero el otro capitulo !!

    maysu
    ***chivis*** said...
    hola!!!

    claro q me encanto el premio dani!!!

    eres la mejor!!!

    gracias x darmelo y la verdad si que me esta costando adaptarme a esto pero hay voe!!

    estoy pensando en publicar un libro, aunque apenas estopy escribiendolo.

    a porcierto me encanta tu historia lucas es lo maximo!!!
    Victoria Enreki said...
    Me encanto, me tienes enganchada, espero tu siguiente capitulo!!

    Besotes!!!
    Victoria Enreki said...
    Hola, pasate por mi blog que tienes un premio^^
    Mayi said...
    q lindo regalo!!! pasando por tu blog para decirte q me encanto el capi, sigue escribiendo, mayi

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